Publicaciones sobre la experiencia docente del CCH

Fortalecer la formación de los profesores: centro del cambio educativo para mejorar la calidad de la enseñanza y los aprendizajes de la química que queremos para el siglo XXI
Nuevos Cuadernos del Colegio Número 7


Fecha: 2015-10-22
Área: Ciencias Experimentales
Materia: Química I y II
Temática: Modelo Educativo del CCH
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Autor(es)
Francis Navarro León

Palabras clave: aprendizaje, metodología, estrategias de enseñanza, motivación

La enseñanza y el aprendizaje de las ciencias naturales, el caso de Química


Al reflexionar sobre la formación de los profesores, invariablemente esta reflexión se relaciona con la formación y el aprendizaje de los alumnos, quienes son el centro del quehacer diario de quienes nos dedicamos a la tarea de la docencia. Sin embargo, la formación no sólo se refiere al campo conceptual y procedimental, la tarea docente implica apoyar y acompañar a los jóvenes estudiantes durante el proceso a través del cualdesarrollan aquellas competencias, habilidades, actitudes y valores útilespara un desempeño más creativo, responsable y comprometido con la sociedad, y que a la vez les posibilite continuar estudios universitarios. En el campo de las ciencias naturales, lo anterior significa que los jóvenes estudiantes logren una cultura científica básica relacionada y vinculada con situaciones que cotidianamente acontecen en su vida diaria; que es una de las metas sustantivas del modelo educativo del CCH.

Ahora bien, cuando se coloca a los docentes en el centro del cambio educativo, la reflexión sobre esta meta nos orienta a reconocer, sin que esto signifique que no se puedan lograr, que son múltiples las variables y factores que no favorecen el cambio educativo que toda institución educativa y la sociedad misma espera de los profesores; entre los principales factores, y tal vez los más significativos, tenemos el cambio y las constantes transformaciones (en todos los ámbitos) de la sociedad en que los jóvenes estudiantes viven y se desarrollan. Sin duda esto incide de manera directa en el esperado cambio educativo y mejora de los aprendizajes.

En este sentido, la formación de los docentes en las competencias necesarias para enseñar ciencia a las nuevas generaciones, tal vez sea uno de los ámbitos importantes para mejorar la calidad de la enseñanza y de los aprendizajes de los alumnos, sin embargo, hoy los desafíos y los retos a los que deberá enfrentarse el profesor para mejorar su docencia implica la búsqueda permanente de respuestas y alternativas innovadoras a preguntas como el qué enseñar, el cómo enseñar y el para qué enseñar; sin duda, son retos que van más allá de las competencias que tanto se repite en el día a día del profesorado.

Así, a partir de los nuevos retos didácticos, metodológicos y tecnológicos, es que se debe repensar y resignificar el tipo de formación que han de recibir los profesores de ciencias y el camino a recorrer para lograr su propio desarrollo profesional. Por ejemplo, si se pretende que los estudiantes construyan aprendizajes significativos, la enseñanza de las ciencias, como la química, debe innovarse de manera constante y permanente, porque el aprendizaje de la química sigue siendo un desafío en la educación de los jóvenes estudiantes.

En este contexto, el trabajo e intercambio de experiencias entre pares (profesores de experiencia y nóveles profesores) y el intercambio de materiales elaborados por los mismos, resultan ser un excelente apoyo no sólo para el aprendizaje de los jóvenes estudiantes, también son útiles para que el profesor de ciencias contextualice los contenidos temáticos y conceptuales de la asignatura que imparte (y hacer más atractiva su enseñanza), así como para su formación y actualización.

Lograr que los estudiantes construyan sus propios conocimientos no es tarea fácil y menos aun cuando las formas de enseñar los conocimientos científicos, en ocasiones les parecen aburridas y descontextualizadas; quizá estas formas son producto de un quehacer metodológico poco actualizado, que no sólo no motiva el aprendizaje, sino que tampoco les ayuda a construir conocimientos ni aprendizajes significativos.

A la luz de estas reflexiones, una enseñanza actualizada e innovadora, sustentada en el método científico y fortalecida con estrategias y actividades experimentales contextualizadas y cercanas al entorno cotidiano de los estudiantes, no sólo va hacer posible un firme acercamiento al conocimiento científico, sino también va a promover que los alumnos desarrollen, fortalezcan y consoliden los aprendizajes conceptuales y las habilidades procedimentales que caracterizan el aprendizaje de la química y, posiblemente con ello, los estudiantes van alcanzar una cultura científica acorde al nivel educativo en que se encuentran.

¿Qué sigue?... ¡la formación de los profesores!

Ahora bien, sin olvidar que los docentes trabajamos en contextos sociales y culturales diferentes y en condiciones educativas y laborales específicas, se dice que el profesor es clave para mejorar la calidad de la enseñanza, sin embargo, las propuestas para mejorar la situación del profesorado deben basarse en enfoques contextuales e integrales, en los que se tengan en cuenta todos los factores que contribuyen a facilitar el trabajo de los docentes. Desde esta perspectiva surgen dos preguntas fundamentales para mejorar la calidad de la enseñanza ¿La institución educativa a la que pertenece el docente le ofrece una formación inicial y permanente? ¿Los profesores nos comprometemos con las funciones inherentes a nuestro quehacer educativo y de enseñanza?, sin duda estas responsabilidades deben ser compartidas.

Como bien dice Marchesi (2010), para promover el cambio educativo y para orientar el trabajo y la formación de los profesores, en especial para los nuevos docentes, se debe partir de los retos y exigencias de la actual sociedad y de los jóvenes de hoy, para lo que el autor propone tres competencias básicas:

·      Preparación para enseñar en la diversidad de contextos, culturas y alumnos.

·      Capacidad para incorporar al alumnado en la sociedad del conocimiento y la incorporación de las TIC.

·      Disposición para educar, de manera interdisciplinaria, en una ciudadanía multicultural, democrática y solidaria.

Para alcanzar estas competencias, es necesario resituar, resignificar y reorientar la enseñanza de las ciencias naturales, quienes, con el apoyo de las TIC (Tecnologías de Información y Comunicación) y las diversas herramientas que se encuentran en la Web, podrán contribuir a que los jóvenes estudiantes logren una formación científica de calidad, orientada al desarrollo sostenible y al logro de mejores aprendizajes.

En este mundo globalizado y cambiante, lo antes descrito nos obliga, como docentes, a pensar de manera diferente. Es pertinente que sepamos qué es lo que queremos enseñar y que ese conocimiento sea de utilidad para los jóvenes estudiantes; que nos preguntemos si estamos formando o estamos informando, y si estamos logrando que desarrollen una cultura científica básica.

A lo largo de este último siglo, las ciencias naturales —Química, Física y Biología— se han incorporado progresivamente a la sociedad y a la vida cotidiana y, como consecuencia, se ha incrementado la participación interdisciplinaria de estas ciencias en temas relacionados con la salud, los alimentos, los recursos energéticos alternativos, el cuidado y conservación del ambiente, el transporte y los medios de comunicación, entre otros.

Sin duda, en los últimos años, mejorar la docencia ha sido una de las principales metas de toda institución educativa, sin embargo, para atender aspectos fundamentales como los que se mencionan en párrafos más abajo, hoy la diversidad e interdependencia de las acciones realizadas demanda una actuación integradora y coordinada.

Bajo esta perspectiva, en el marco del trabajo colaborativo y del intercambio de experiencias entre pares (profesores experimentados y nóveles profesores), para que los profesores puedan enriquecer, innovar y mejorar la calidad de sus formas de enseñar química, y en consecuencia mejorar el nivel de aprendizaje de sus estudiantes, proponemos los siguientes puntos para la enseñanza y el aprendizaje de las ciencias, como la química:

1.    La enseñanza y el aprendizaje de química que queremos para el siglo XXI.

2.    Una enseñanza situada de la química conceptual.

3.    Una química que promueva aprendizajes significativos, que desarrolle habilidades conceptuales, procedimentales y actitudinales (en especial los valores).

4.    Una química útil para la vida cotidiana.

5.    Una química para motivar y para seducir a los alumnos.

6.    Una química con la que se resuelvan retos o preguntas sobre hechos cotidianos (ABP).

7.    Una enseñanza experimental de química en la que se aplique la microescala.

8.    Una química con enfoque CTS para el cuidado del Ambiente (CTS-A)

9.    Uso de imágenes y el lenguaje científico para el aprendizaje significativo de la Química.

10.  Una química relacionada multi e interdisciplinariamente para cuidar el ambiente.

11.  El uso de las TIC para innovar y apoyar la enseñanza y el aprendizaje de la química.