Publicaciones sobre la experiencia docente del CCH

El trabajo colegiado, una experiencia que comparte inquietudes, metas y logros
Nuevos Cuadernos del Colegio Número 2


Fecha: 2013-10-01
Área: Ciencias Experimentales
Materia: Química I y II
Temática: El trabajo colegiado
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Autor(es)
Francis Navarro León

Palabras clave: trabajo colegiado, compartir experiencias, mejorar aprendizajes.

Reflexionar sobre los aciertos del trabajo docente con el que se ha dado atención a quienes son nuestra razón de ser, los estudiantes, y también puesto a disposición de los profesores que recién se integran o se integrarán al Colegio de Ciencias y Humanidades —quizá cuando hayamos terminado nuestro ya próximo camino en la docencia—, significa rescatar el valor del trabajo docente colegiado, en el que la responsabilidad, la disposición a compartir experiencias, la tolerancia y el respeto son características típicas de nuestro Bachillerato.

Esta reflexión significa la responsabilidad y el compromiso de ir aquilatando las vivencias, acciones, actividades y metodologías más exitosas, logradas a lo largo de cada ciclo escolar, que se han llevado al aula–laboratorio para mejorar la formación y los aprendizajes de nuestros alumnos; pero también significa el haber compartido y seguir compartiendo experiencias con los colegas, maestros y maestras de amplia experiencia y con noveles profesores que apenas se integran al Colegio.

En este sentido, la formación inicial en la educación científica y tecnológica de quienes nos dedicamos a la enseñanza de las Ciencias Naturales, en particular, la enseñanza de la Química, ha sido buscada y encontrada en diversas instancias educativas. Esta formación sin duda pone el sello-guía del que será el vertiginoso andar en el camino de la docencia y también será el soporte básico para iniciar el conocimiento —y luego, la puesta en práctica— del modelo educativo y la metodología de enseñanza experimental de las Ciencias Naturales, tan indispensables y necesarias al ingresar y al pertenecer a la comunidad de profesores del Colegio de Ciencias y Humanidades.

Sin embargo, para enseñar ciencia e iniciar a los alumnos en los procesos de aprendizaje activo y de formación, confirmación y desarrollo en habilidades (cognitivas, procedimentales y transversales), actitudes y valores tan necesarios y fundamentales para aprender a vivir y convivir en la actual sociedad, no sólo es pertinente dominar el área de conocimiento y los temas o conceptos de la asignatura que se imparte, ni conocer la filosofía educativa del Colegio, también son fundamentales los espacios, los tiempos y los momentos didácticos donde se pueda compartir y fortalecer el intercambio de experiencias vividas entre pares, profesores de amplia experiencia y profesores de reciente ingreso.

Sin duda, se trata de crear y fortalecer la cultura del trabajo colegiado entre pares para compartir, renovar, mejorar, actualizar y enriquecer conocimientos, estrategias y formas de enseñar y aprender que den respuesta al qué, al por qué y al para qué de los hechos científicos y de los fenómenos de la vida cotidiana del estudiante.

En este sentido, la experiencia nos dice que, cuando se participa en los espacios y se forma parte de los grupos de trabajo colegiado entre profesores(as) de reciente ingreso y profesores expertos en las diversas áreas del conocimiento, mejoran el trabajo y las formas de enseñar de los profesores y se enriquecen las estrategias didácticas, pedagógicas y de enseñanza experimental que se aplican en el aula–laboratorio, hechos que redundan en mejorar el nivel de aprendizaje y el aprovechamiento de los alumnos.

El para qué y el cómo del trabajo colegiado entre pares

Desde la propia práctica de la educación científica, humanística y tecnológica, actualmente se reclaman nuevos modelos y enfoques de enseñanza, en los que la organización del currículo, los métodos de enseñanza, la selección de temas y contenidos de la disciplina, así como las actividades y estrategias metodológicas, deben considerar la relevancia que éstas deben tener para estimular vocaciones en ciencia, el desarrollo de las capacidades y su aplicación en la vida personal y social de los alumnos, así como promover su participación activa en situaciones cercanas a su entorno cotidiano.

Dicho de otra manera, se requiere innovar para enseñar una Química que promueva aquellas habilidades cognitivas, procedimentales y actitudinales que hacen característico al modelo educativo del Colegio.

Para lograr lo anterior, se requiere crear un contexto diferente de enseñar y aprender, con un currículo flexible, una enseñanza más atractiva e interactiva, aplicar los enfoques y las técnicas más actuales para la enseñanza de la Química, promover el trabajo colaborativo, potenciar una cultura y una comunicación científica oral y escrita, fomentar la comprensión lectora, utilizar las Tecnologías de Información y Comunicación, como una herramienta más para apoyar la enseñanza y el aprendizaje, fortalecer una enseñanza experimental que posibilite la aplicación de lo conceptual en aquellos hechos y fenómenos que los alumnos observan cotidianamente. En otras palabras, se pretende enseñar conocimientos científicos que sean parte de la cultura cotidiana de los alumnos, sin olvidar considerar el nivel de comprensión y las dificultades de aprendizaje con las que se enfrentan los alumnos, en síntesis, se requiere enseñar para que aprendan una Química útil para la vida cotidiana.

Algunos retos del día a día a los que los docentes estamos obligados a dar atención individual y grupal aparecen cuando ponemos en práctica actividades y estrategias de enseñanza en las que, además de utilizar imágenes, símbolos y definiciones (que los estudiantes deberán decodificar para que les sean significativos), también usamos algunos de los lenguajes de la química (formal, visual, verbal y gráfico) en los que están presentes diferentes niveles de representación (macroscópica y simbólica), los que hacemos explícitos a través de la información que proporcionamos a los alumnos(as); sin embargo, para su comprensión, el alumno no siempre cuenta con el nivel de abstracción que se requiere.

La experiencia dice que para enfrentar éste y otros retos que se nos presentan cada nuevo año escolar y con las nuevas generaciones de estudiantes, la mejor estrategia es el trabajo colegiado entre pares, en el que, a través de la documentación y actualización en el tema, del intercambio de experiencias y de la discusión y acuerdos académicos, podemos buscar las mejores soluciones, además de enriquecer y mejorar el material desarrollado para apoyar y mejorar los aprendizajes.

Efectos del trabajo colegiado en los alumnos

El material de apoyo a la docencia y al aprendizaje de los estudiantes, producto del trabajo colegiado entre pares, ha significado un estilo y una forma diferente de abordar temas de interés y actualidad, que de manera individual sólo podrían ser tocados desde el punto de vista de la rigidez académica. Esta forma de abordar temas y elaborar los materiales generados en y durante el quehacer docente cotidiano y desde la experiencia compartida, puede garantizar que los alumnos sean quienes vayan construyendo sus propios aprendizajes.

Sin duda, la versatilidad, la flexibilidad y las valiosas orientaciones didácticas-metodológicas que acompañan al material que ha sido elaborado y es producto del trabajo colaborativo entre los docentes integrantes de los diversos grupos de trabajo del Colegio, están acordes con la programación curricular, son propias para cada curso y para el nivel de abstracción de los alumnos y hacen posible contextualizar, actualizar y adecuar el acto de enseñar en beneficio de quienes aprenden ciencia, los estudiantes.

Los rasgos que distinguen al trabajo colegiado entre pares

Cabe destacar que la experiencia de pertenecer a la comunidad docente del CCH y la experiencia vivida en, durante y para el trabajo entre pares, no sólo permite al docente contribuir al mejor aprendizaje de los alumnos, también promueve y logra que más docentes, de amplia experiencia y jóvenes profesores, se adhieran a esta forma de trabajo colegiado, colaborativo y compartido; con esta forma de trabajo también se puede lograr un “efecto multiplicador”, ya que, al compartir los materiales con colegas de otros planteles, el impacto es mayor, porque la riqueza de las experiencias están en que cada colega, al darles su matiz y estilo personal, elabora y produce nuevas propuestas educativas.

Pero…formar parte de un equipo de trabajo colegiado-colaborativo entre docentes es una tarea ardua, aunque gratificante, pues la pertenencia al equipo genera una responsabilidad de compartir fines y expectativas, de tolerancia, respeto, aportaciones y de aceptar las mejores propuestas de los colegas maestros y maestras, que además de ser valiosas, son novedosas y actuales y contribuyen a mejorar la educación química y el aprendizaje de los alumnos.

Para finalizar esta breve reflexión sobre el trabajo colegiado, es pertinente puntualizar que es la propia comunidad docente la que, a través de proyectos de trabajo orientados a mejorar la práctica educativa y, en consecuencia, el aprendizaje de los estudiantes, propicia su propia formación y actualización continua, ya sea a través de la pertenencia a los grupos de trabajo, seminarios o comisiones en los que no sólo se desarrolla material de apoyo a la enseñanza y al aprendizaje, sino también se aprende y reaprende lo relacionado con la disciplina, pero también a ser un mejor docente.

Si bien, fortalecer acciones formativas para que los profesores de Ciencias logren hacer suyo y poner en práctica el Modelo Educativo y los propósitos del Área de Ciencias Experimentales, es prioritario, también es necesario que la institución rescate y fortalezca el trabajo colegiado, haciendo sus mayores esfuerzos, dando varios pasos más, para que desde éste, los docentes puedan replantearse nuevas formas de interrelación docente orientadas por una visión global y sostenible de la educación que se ofrece en el CCH.Ì