Publicaciones sobre la experiencia docente del CCH

3. Instrumentos para evaluar el aprendizaje
Libro La enseñanza en el Colegio de Ciencias y Humanidades


Fecha: 2020-02-25
Área: General
Materia: General
Temática: Planeación docente, estrategias y recursos didácticos
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Autor(es)
Jorge de Jesús González Rodarte

Palabras clave: Docencia, práctica docente, estrategias didácticas, recursos didácticos

 

3.    INSTRUMENTOS PARA EVALUAR EL APRENDIZAJE

En este capítulo agrupamos los dispositivos y prácticas de evaluación reportadas por los profesores. Se trata de una información sistematizada sobre el estado del aprendizaje de los alumnos. En total registramos 892 referencias. Hemos clasificado los instrumentos reportados en 12 indicadores o tipos de actividades.  Los dos más citados representan 75 por ciento del total registrado en este grupo. El más importante es el examen, que representa casi la mitad de lo reportado, 40 por ciento, y es el instrumento más utilizado en Matemáticas y Experimentales. El examen diagnóstico es el segundo elemento más señalado, y es el más importante en Talleres e Historia, equivale a más de la tercera parte del grupo: 35 por ciento. Los 10 elementos restantes reportados suman 25 por ciento. La única área donde se utilizan todos los instrumentos y actividades señalados es Ciencias Experimentales.

Algo que los profesores dan por sentado es que el proceso de evaluación de los aprendizajes requiere una etapa de planeación con evaluación diagnóstica, una etapa de ejecución con evaluación formativa y otra de construcción de la acreditación o evaluación sumativa. No se trata de una secuencia en la que cada etapa preceda o siga a la otra, las tres etapas coexisten y se retroalimentan entre sí.

Los instrumentos para evaluar las condiciones y resultados de las actividades y secuencias realizadas son el examen escrito, el examen oral, el examen diagnóstico, el examen diagnóstico de ingreso (EDI), los cuestionarios, las encuestas, la entrevista de evaluación, la hoja de registro, la lista de cotejo. Algunos objetivos declarados de su aplicación consisten en “indagar los conocimientos previos y emprender planes personalizados y grupales de aprendizaje”; “comparar habilidades, conocimientos y actitudes al principio y al final del curso”; “conocer los estilos de estudio y el equipo de cómputo que poseen los alumnos”.

Los instrumentos que entendemos de evaluación continua, formativa, permanente, que incluye la auto y la co-evaluación, son el portafolio, la rúbrica, el test KPSI, la V de Gowin, la Bitácora COL, el cuaderno de notas. Según algunos profesores, los objetivos de su aplicación son: “ponderar evidencias y vivencias de aprendizaje y así evaluar progresos o dilaciones”; “estimular la autogestión de los aprendizajes”, y “detectar las dificultades comunes de aprendizaje y corregirlas públicamente”. La evaluación sumativa traduce a datos los resultados y registros obtenidos en la aplicación de los instrumentos, y elabora una base objetiva, cuantitativa, desde la cual elaborar escalas demostrables, y en algunos pocos casos acordar, profesor y alumno, la acreditación.

 

* Ver Anexo III. Lista de actividades desagregadas

Examen. Es el instrumento más reportado para evaluar el aprendizaje. Proporciona información sobre habilidades y conocimientos adquiridos. Se aplica al terminar el curso, la secuencia o la serie de actividades correspondientes a una unidad de aprendizaje. El examen puede ser de tres tipos: a) el examen final escrito, realizado en la última etapa del curso, puede ser la prueba más ponderada por el docente para la acreditación y en ocasiones es la única que se lleva a cabo; este tipo de pruebas representa casi la décima parte de los exámenes reportados; b) el examen oral, cuyo objetivo es conducir a los alumnos a la reflexión sobre determinados aspectos de lo visto en el curso y comprobar el grado de aprendizaje alcanzado, tan sólo se cita en cuatro ocasiones; c) el examen parcial y adicional es una prueba realizada en ciertos períodos sobre temáticas o unidades específicas y sus resultados se acumulan, aunque algunos docentes aplican exámenes sin tomarlos en cuenta para la calificación final; d) también es posible realizar los exámenes parciales de manera colectiva, en equipos preferentemente no mayores a seis integrantes, El examen suma 359 referencias que constituyen 40 por ciento del total de registros en este grupo para las cuatro áreas. En los casos en que sí se informa el valor del examen en la calificación, las dos terceras partes corresponden a exámenes “parciales” con valores que van de 20 a 60 por de la calificación final y el resto a los exámenes “totales” que van del 61 al 100 por ciento de la calificación. Es el instrumento de evaluación más importante en Matemáticas y Experimentales, donde representa 58 y 35 por ciento respectivamente, seguido de Historia y Talleres con 28 y ocho por ciento respectivamente.

Examen diagnóstico. En las cuatro áreas se ha utilizado para averiguar qué conocimientos y habilidades previos tiene el estudiante, para detectar sus deficiencias, para tener claras sus necesidades de aprendizaje y para diseñar un plan de atención personalizada que en la mayoría de los casos implica un ajuste de estrategias donde confluyen el diagnóstico y la planificación individual. Se busca conocer e influir en el manejo de la información, las habilidades y las actitudes. También se apunta la necesidad de considerar el contexto, los conocimientos previos y los rezagos escolares con el fin de construir dispositivos didácticos acordes con las situaciones detectadas. Esto permite una amplia gama de propósitos y recursos para valorar: a) actitudes y habilidades intelectuales y comunicativas; b) dinámicas de convivencia grupales; c) niveles de escritura y comprensión de lectura; d) hábitos de estudio y autorregulación; d) conocimientos iniciales de los contenidos programáticos. Aquí incluimos también el examen diagnóstico de ingreso (EDI), que es un instrumento de evaluación aplicado por la institución a los alumnos de nuevo ingreso, y que mide conocimientos previos en las materias de Matemáticas, Historia, Física, Español, Biología, Química e Inglés. A pesar de su importancia para la valoración de la situación escolar de los estudiantes, el EDI solo se reporta en Experimentales. El examen diagnóstico es el segundo instrumento de evaluación más empleado y equivale a poco más de la tercera parte del grupo. Es el instrumento más importante en Talleres e Historia donde representa 54 y 43 por ciento del grupo instrumentos: En Matemáticas y Experimentales ocupa el segundo lugar en menciones con 31 por ciento.

Cuestionarios y encuestas. Son instrumentos básicos de recogida de información para la evaluación. Los cuestionarios son listas de preguntas cuyo fin es reunir información cualitativa como son, por ejemplo, los conocimientos de los alumnos. En primera instancia, su principal característica es poder configurarse como un instrumento escueto, conciso y sencillo de responder. La encuesta es un instrumento que permite analizar un colectivo mediante la recogida de datos a través de una lista de preguntas. La encuesta permite, además, conocer opiniones, actitudes, creencias, expectativas, motivaciones del grupo. Representa tres por ciento del grupo.

Entrevista de evaluación. Se utiliza con el fin de establecer un proceso de comunicación personalizada entre alumno y profesor para obtener información específica sobre los aprendizajes logrados. Es una técnica subjetiva en la cual los resultados son casi siempre individuales. Tiene importancia como aporte complementario a las pruebas normalizadas. Es el instrumento menos usado, en sólo cinco ocasiones equivalentes a uno por ciento del grupo,

Hoja de registro. Es una tabla ordenada en la que el docente inscribe y sistematiza las actividades de aprendizaje y los resultados de las evaluaciones; se emplean asimismo para organizar aspectos específicos que el docente considera relevantes para la evaluación: aspectos cualitativos del desempeño, habilidades y destrezas, actitudes y valores. En este instrumento de evaluación tenemos 35 referencias, equivalentes a cuatro por ciento del grupo. El área de Historia es donde más importancia tiene este elemento a pesar de tener el menor número de casos.

Listas de cotejo. Son conocidas también con el nombre de listas de verificación u hojas de evaluación. A diferencia de las listas simples, son instrumentos más detallados, útiles para cotejar la presencia o ausencia de una serie de conocimientos, habilidades y actitudes. También permiten al alumno verificar su proceso de aprendizaje, o producto, antes de entregar un determinado trabajo. El evaluador establece una relación de habilidades, cualidades, rasgos de conducta, etcétera, y las compara con lo ejecutado. Aunque los casos no indican qué aspectos contempla la lista de cotejo, sí dicen que utilizan el instrumento para evaluar el desempeño de los alumnos y contribuir con ello a su formación. Por otra parte, algunos de los casos hacen referencia a la revisión que el alumno hace de su aprendizaje. Este instrumento representa uno por ciento del total del grupo y sólo lo encontramos reportado en las áreas de Experimentales y Talleres con cinco menciones en cada una.

Portafolio. Es el compendio sistemático de trabajos que el estudiante realiza. En él se recogen evidencias y vivencias de aprendizaje que permiten la valoración de un trayecto. Junto con la rúbrica, resulta ser uno de los sistemas de evaluación más utilizado por los profesores. Según reportan éstos, no se trata solamente de la recopilación de los trabajos, pues cada trabajo debe crearse y organizarse en función de los objetivos de aprendizaje. El portafolio contiene el examen diagnóstico de los alumnos y las actividades realizadas durante el curso incluyendo los exámenes. Esto permite al alumno ejercer la reflexión sobre su desempeño, la autoevaluación y construir la historia o la trayectoria de un aprendizaje. La idea es que la reflexión le permita desarrollarse como ser autónomo y responsable. El portafolio también se emplea para que los alumnos corrijan y mejoren los trabajos producidos y para que reelaboren las preguntas de los exámenes. En menor proporción, se menciona su uso para realizar una evaluación sumativa. Este elemento reúne 28 referencias que se distribuyeron en las cuatro áreas.

Rúbricas. Son instrumentos que detallan los criterios utilizados para juzgar el desempeño de los alumnos por medio de rangos específicos de calidad que se esperan de la ejecución o presentación de un conjunto de operaciones para la obtención de un objetivo o resultado previsto; qué calificación debe asignarse y cuál es el sentido de dicha calificación. La rúbrica es el tercer instrumento más empleado por los profesores de carrera. Las referencias a este elemento ascienden a 61 y se distribuyen en las cuatro áreas. Porcentualmente, tiene más importancia en Talleres, Experimentales e Historia, y casi ninguna en Matemáticas.

Test KPSI (Knowledge and prior Study Inventory, por sus siglas en inglés). Un aparato empleado por los profesores del Colegio y consiste en un inventario de conocimientos previos del estudiante, instrumento en forma de cuestionario proporcionado al alumno para que lleve a cabo su autoevaluación inicial de manera rápida y sencilla, de modo que sea posible examinar sus ideas previas a un curso o a una unidad temática. El objetivo de este aparato de evaluación es recabar información sobre la percepción del grado de conocimiento respecto a los contenidos propuestos por el profesor, y consta de preguntas con cinco opciones de respuesta: “no lo sé / no lo conozco”, “lo conozco un poco”, “lo comprendo parcialmente”, “lo comprendo bien”, “lo puedo explicar a un compañero”. Este instrumento “permite a los alumnos percatarse de si su idea original tiene correspondencia con el tema científico en discusión”. Solo se reporta en 14 ocasiones, 12 en Experimentales y dos Matemáticas, y en total significan dos por ciento del total de las menciones a los instrumentos de evaluación.

V Gowin. Es un diagrama en V que elaboró el profesor que le da nombre, para tener una representación visual de la "estructura del conocimiento" empleada para "entender y aprender".  En la zona de la izquierda, se asientan los conceptos, los principios y las teorías que permiten formular las preguntas: ¿cómo aprendí el tema? y ¿qué áreas explican el tema? En esa misma zona se escribe el vocabulario de conceptos clave. En la zona de la derecha, se anota el procedimiento a seguir en la experimentación: ¿qué aprendí?, ¿para qué me sirve lo que aprendí?, ¿cómo organizo mis ideas y datos? y ¿qué necesito para resolver el tema? En el vértice se pone el título del tema, acontecimiento o fenómeno que se estudia. En la parte superior de su abertura, la pregunta que nos hacemos sobre el tema, acontecimiento o fenómeno: ¿qué quiero saber? Este espacio lo llena el alumno una vez realizadas las preguntas de ambos temas. Solo se reporta su uso en el área de Ciencias Experimentales.

Bitácora COL (comprensión ordenada del lenguaje). Consiste en realizar un apunte que recoge información de la actividad realizada: ¿qué pasó, ¿qué sentí, ¿qué aprendí? Esta información despierta, desarrolla y perfecciona habilidades y actitudes en quien las hace: ¿qué propongo?, ¿qué integré?, ¿qué inventé, ¿qué quiero lograr, ¿qué estoy presuponiendo, ¿qué utilidad tiene? La bitácora se hace para apoyar la memoria y organizar ideas, estimular procesos de pensamiento y desarrollar metacognición, y para despertar actitudes de autogestión y autorresponsabilidad. Al igual que los dos anteriores indicadores y el cuadro CQA señalado en el capítulo anterior, se trata de instrumentos para la autoevaluación de los estudiantes. Sólo encontramos siete referencias a este instrumento en dos áreas: Experimentales y Talleres.

Notas de los estudiantes. Para recabar más información escrita de los alumnos y hacer las evaluaciones, los profesores recurren a los cuadernos de apuntes. Este elemento trata de ejercicios, esquemas, definiciones y otras referencias dictadas o discutidas en clase, que los alumnos pueden emplear a manera de diario de campo o diario de clase para preparar secuencias y actividades de evaluación de contenidos específicos, unidades temáticas o del curso en su conjunto. Se trata de un recurso que permite recabar información cotidiana en el salón de clases sobre acontecimientos en el desempeño de los alumnos; estos sucesos los registran los estudiantes en sus cuadernos escolares. Su objetivo también es analizar el avance y las dificultades que los estudiantes tienen para alcanzar los aprendizajes, lo cual logran escribiendo sobre su participación, sus emociones y sus interpretaciones. Este elemento es señalado en 24 ocasiones, equivalentes a tres por ciento del grupo y tiene mayor importancia en el área de Talleres.

3.1.    Matemáticas

En esta área se reportan 197 citas a tres tipos de Exámenes con los que se realizó la evaluación sumativa. En esta área no se utilizaron los exámenes orales. El examen final tiene 21 referencias con varios significados: puede ser parte de un proceso de actividades cuyo resultado lleva a la acreditación; o es un examen de recuperación presentado por alumnos que no acreditaron algún examen parcial, o bien se aplica a los alumnos que no hayan alcanzado una calificación aprobatoria después de realizar tres exámenes parciales.

El examen adicional, que se reporta en seis ocasiones, se entiende como un examen de reposición: se aplica a los alumnos que no entran a clases o no entregan tareas; o a los que tienen problemas no propiamente académicos; o a los que quieren aumentar su calificación o que no acreditan la materia; o a aquellos que, habiendo sido regulares durante todo el curso, requirieron una evaluación adicional a fin de constatar los aprendizajes de temas que no habían acreditado en el curso regular. Hay un caso en el que se reporta que el docente y los alumnos llegan a “un acuerdo para dar oportunidad de recuperar al menos tres de cinco exámenes aplicados, mediante la formación de círculos de estudio que se preparan durante tres semanas”.

Del total de exámenes reportados, ocho se refieren a exámenes parciales con valor de hasta 30 por ciento de la calificación; 25 a exámenes parciales con valor de 31 a 60 por ciento, y 14 a exámenes parciales con valor de más de 61 por ciento. En estos casos la calificación se construye combinando los resultados de los exámenes con diversas actividades señaladas por los profesores: participación oral, solución y exposición de problemas, solución de cuestionarios, asistencia, trabajos de investigación, trabajos realizados en clase, prácticas realizadas en el salón, tareas individuales y grupales, presentación del cuaderno, actividades complementarias, prácticas en computadora, lecturas y síntesis de artículos, reportes, mapas conceptuales, portafolios, crítica de películas, actividades de paquetes didácticos, presentaciones en Power Point, apuntes, lecturas de artículos, resúmenes y exposición.

En esta área tenemos registrados 123 casos de exámenes parciales en los que no se menciona el porcentaje de la calificación asignada, aunque se indican algunas de sus características: se realizan por unidad; se aplican de tres a cinco exámenes cada semestre; en algunos casos, se usan como exámenes de conceptos; algunos son de opción múltiple, o bien unos son teóricos y otros prácticos; el resultado de los exámenes parciales sirve para identificar dificultades de aprendizaje; se utilizan para evaluar el grado de avance de los estudiantes; se emplean para llevar un control detallado de los alumnos desde su ingreso para cotejarlos con sus calificaciones de secundaria; permiten evaluar aprendizajes y resolución de operaciones aritméticas, y sirven para reforzar los conocimientos de los alumnos.

En algunos casos se aplican por equipos de cuatro alumnos, antes del examen individual. Ciertos profesores afirman que “previamente a la aplicación de los exámenes se forman círculos de estudio y se realizan prácticas y ejercicios haciendo una revisión de los temas que se abordarán y se comparan con la ayuda del software matemático”. “Los exámenes no se aplican con el fin de obtener una calificación, sino para propiciar el interés por el estudio y para reforzar lo aprendido en clases”. En un informe se plantea que “la calificación se obtiene al promediar los resultados obtenidos en cada unidad, las tareas entregadas, el trabajo en clase y la asistencia”. Un profesor afirma que “divide los cursos en cuatro y cinco unidades, en cada una utiliza dos horas para la aplicación de exámenes y una hora para revisar y comentar el mismo con el grupo”.

En esta área el contenido de los Exámenes diagnóstico comprende operaciones de aritmética, algebra y trigonometría, así como conceptos, problemas matemáticos de corte numérico, problemas de aplicación con porcentajes y ecuaciones. En esta área el examen diagnóstico se realiza para medir el nivel de conocimientos previos de los alumnos, pero también se utiliza para medir las habilidades del estudiante en la ejecución de operaciones aritméticas. Los exámenes de diagnóstico tienen diversas modalidades: exámenes orales, pruebas de opción múltiple y “de desarrollo”, al igual que series de problemas a resolver.

En cuanto al ajuste de estrategias para hacer frente al rezago, en el área se reporta el diseño de metodologías estandarizadas para la planificación individual y grupal del aprendizaje. Algunos profesores llegan a la conclusión de que debe atenderse de manera diferencial a los alumnos con deficiencias cognitivas, esto es, la atención debe ser personal, llevando a cabo una observación especial durante todo el semestre y verificando el avance en cada sesión.

Asimismo, se detectan obstáculos internos y externos que frenan el aprendizaje de los alumnos, y, a partir de ello se harán propuestas. Un profesor afirma que la evaluación diagnóstica le permite “identificar a los alumnos que tenían deficiencias en cada unidad temática del curso, a los cuales se les haría un examen al final”.

Uno de los profesores de Estadística y Probabilidad dice que: “después de analizar los historiales académicos por medio de los cuales se detectan las materias del área que adeudan los alumnos que cursarán la asignatura, se clasifica la situación académica del grupo y la situación de cada alumno”. En la misma materia un docente afirma que el examen diagnóstico practicado a todos sus alumnos consiste en “repasar de manera preliminar algunos conceptos y operaciones para lograr cubrir en parte las deficiencias identificadas”.

En la materia de Cálculo, una profesora ve la necesidad de hacer investigación sobre cómo aprenden los alumnos algunos aspectos medulares de la matemática básica, pues tuvo que trabajar arduamente esta materia para resarcir las carencias observadas. Al respecto un profesor informa que “los alumnos empezaron a tener dificultades con el manejo algebraico de los conceptos de esta unidad, como el problema de interpretación de la velocidad a considerar en cada intervalo; llegué a desesperarme con esta secuencia porque pasaba el tiempo y los alumnos no podían con los problemas, así que me vi en la necesidad de explicarla completamente". Para una profesora, el examen diagnóstico le permite “determinar los contenidos programáticos a trabajar”.

Las materias en las que se reporta haber analizado el examen diagnóstico de ingreso (EDI) para efectos de la planeación didáctica son Matemáticas III-IV. En esta área se advierte que el EDI sirvió de base para elaborar un examen parecido, como parte del área complementaria de los profesores, el cual se ejecuta al final del semestre con fines comparativos, pero no se proporcionaron los resultados.

Algunos profesores mencionan que para la evaluación diagnóstica emplean Cuestionarios y encuestas para saber cuáles son las condiciones académicas de sus alumnos al inicio del semestre y “para estar en condiciones de colocar al estudiante dentro de la metodología de resolución de problemas”; asimismo aplican cuestionarios “al principio de cada tema para detectar ideas previas”. Los docentes indican que se sirven de sondeos para averiguar las necesidades académicas de los alumnos y para saber cuántos alumnos tienen computadora en casa y cuántos han tomado cursos de computación. Con respecto a los cuestionarios, uno de los profesores observa que son “un buen instrumento para conocer la competencia alcanzada por los estudiantes en el sistema algebraico de signos (SAS); no sólo he usado los cuestionarios o parte de ellos en mi trabajo de docencia e investigación, sino también en la tesis doctoral”. La Entrevista de evaluación solo es mencionada en un reporte en el que el profesor afirma que le permite evaluar las actividades desarrolladas.

En esta área las Hojas de registro tienen dos fines. Por una parte, sirven para anotar habilidades de distintos tipos y niveles de conocimientos y de formación desarrollados por los estudiantes. En uno de los reportes un profesor de Matemáticas I y II indica que, gracias a este tipo de registros, “pueden observarse los avances significativos de los alumnos en las competencias del uso de objetos matemáticos: de aritmética, álgebra y geometría”. Otro profesor, al valorar el promedio de calificaciones del primer y segundo semestres, observó mejora académica, es decir, que los alumnos se fueron integrando al grupo y, gracias a ello, obtuvieron mejores resultados en el segundo semestre. Por último, en dos casos, la hoja de registro sirve para llevar control del alto nivel de deserción.

Por otra parte, la hoja funciona como un registro de aspectos cuantitativos, como el índice de reprobación de alumnos. Así, un profesor documenta que “casi la mitad del grupo desertó y 85 por ciento obtuvo siete o menos de calificación; de los alumnos no desertores, sólo reprobaron dos”. Tenemos un docente observando que “una característica común en los estudiantes no aprobados es el poco avance que tienen en su capacidad analítica y una tendencia a cometer errores que después ellos mismos superan”. Otro profesor emplea la hoja “para comparar cómo entran en el primer semestre y cómo inician el segundo: en el primero, 13 alumnos obtuvieron resultados positivos al inicio de cada unidad con calificaciones de ocho, nueve y diez, mientras que cinco alumnos no acreditaron la materia; en el segundo semestre, aumentó a 19 estudiantes con altas calificaciones, además de que todos aprobaron”.

Respecto al uso del Portafolio es esta área la que menos referencias reúne: sólo dos, sin especificar qué fue lo que se evaluó. Lo mismo sucede con el uso de la Rúbrica. Un profesor informa que la utiliza para registrar la exposición temática realizada por los alumnos, pero que emplea también una guía de observación del trabajo desarrollado en equipo. Un profesor dice que la rúbrica le sirve para registrar las actividades que se llevan a cabo en cada clase durante 16 semanas, y que la evaluación en cada clase sirve como medio de control de asistencia y deserción, y para establecer un compromiso de calificación final.

También solo tenemos dos referencias al uso del Test KPSI, que según informa una profesora,se aplica con la intención de conocer el aprendizaje en las temáticas de las asignaturas y se ejecuta al principio y al final del curso”. Es el mismo caso en cuanto al uso de las Notas de los estudiantes. Un profesor afirma que “mediante el formato CQA, cada alumno anota en su cuaderno la respuesta a las siguientes preguntas: ¿Qué es lo que sé? (C), ¿Qué es lo que quisiera aprender? (Q) y ¿Qué he aprendido? (A)”.

3.2.    Experimentales

Se reportan 136 referencias a cuatro tipos de Exámenes con los que se realizó la evaluación sumativa. De ese total, 117 se refieren a exámenes parciales, aunque no se especificó el porcentaje de la calificación; dos a exámenes parciales con valor hasta de 30 por ciento, y ocho a exámenes parciales con valor de 31 a 60 por ciento. Hay cinco citas a examen final y una a exámenes adicionales. En tres casos se hace referencia a la aplicación del examen oral.

Hay quien dice que el examen final “es un acuerdo con los alumnos como única forma de evaluación y su resultado es un índice de 90 por ciento de aprobación”. Otro afirma que “se realiza con el fin de asignar una calificación, aunque se pondera junto con una evaluación cualitativa de procesos y productos”. También “es una oportunidad más para acreditar, además de las vías acordadas desde el inicio”.

Un profesor informa que, en determinados temas, el examen parcial “consiste en realizar en cada clase un examen en dos preguntas con un valor de cero a 10”. Una profesora dice que “antes de los exámenes parciales se aplican cuestionarios para ensayar los aprendizajes plasmados en los exámenes y se realizan experimentos; para ello se trabaja con el planteamiento del problema y la solución del mismo: bibliografía especial y de fácil lenguaje”. Una más afirma que “con los exámenes parciales se busca detectar los conceptos de difícil comprensión para trabajarlos”, mientras que otra refiere que “algunos exámenes se realizan en línea, en la plataforma Moodle”.

Los exámenes parciales “se aplican en cada unidad temática para no abarcar muchos contenidos: las preguntas son concretas, sencillas y claras, y sirven para conocer los problemas de aprendizaje; al descubrir éstos se procede de la siguiente manera: las respuestas erróneas, o las preguntas que no se respondieron, se resuelven en el salón, se buscan las respuestas correctas en libros adecuados al nivel educativo, se anota la bibliografía utilizada en cada pregunta y los alumnos las entregan la siguiente clase; en esta sesión las respuestas se revisan nuevamente y si todavía hay errores, éstos se trabajan en forma individual, se explican y se aclaran dudas después de clase”. En un reporte, el profesor aplicó “los exámenes de 10 preguntas, sin previo aviso, cuando se terminó el tema del petróleo: el resultado fue sorprendente: la media de calificación fue de 8.5 y nadie reprobó, lo cual fue de gran ayuda para la superación personal y para elevar la autoestima de los alumnos”.

Según reportan los profesores, el examen parcial y adicional es una actividad complementaria que se añade a otras actividades, como los reportes de actividades experimentales, el reporte de actividades extra clase, el reporte de prácticas y los reportes de investigación los reportes son escritos y orales; están asimismo los cuestionarios, los cuestionarios de opinión con escala Likert (niveles de acuerdo o desacuerdo con un enunciado o pregunta), las exposiciones, el trabajo de lectura, las guías de lectura, los mapas mentales, los mapas conceptuales, las tareas, los ejercicios y resúmenes, las participaciones, los ejercicios elaborados en clase, las investigaciones de conceptos o de temas breves y las investigaciones de contenidos, la investigación bibliográfica, la elaboración y presentación de modelos, los escritos individuales y por equipo, los cuestionarios guía, los exámenes sorpresa, el cuaderno de notas, la asistencia, los glosarios, los cuadros comparativos, los ensayos, las prácticas, la resolución de problemas, la discusión de las respuestas de los textos, la elaboración de un proyecto de investigación, el trabajo en equipo, las participaciones en clase, en seminarios, los resúmenes de videos y la asistencia a conferencias.

Por último, en esta área tenemos tres referencias al examen oral, una de las cuales expone las siguientes características: “se aplican en cadena, porque además se toma en cuenta la investigación documental y la elaboración de cuestionarios; se ponderan los reportes, cuestionarios, elaboración de mapas y consulta de revistas; se evalúan conocimientos y habilidades”.

En esta área el Examen diagnóstico, “además de ser un mecanismo para indagar los conocimientos previos y habilidades, o las deficiencias cognitivas de las materias del área, también valora aspectos procedimentales, como el manejo de las TIC”. El examen diagnóstico en esta área tiene las siguientes modalidades: preguntas abiertas, exámenes orales, examen de opción múltiple y “de desarrollo” y series de problemas a resolver. Otra peculiaridad del examen es que se hace de manera práctica, es decir, se valoran actividades experimentales sencillas, lo cual indica que las pruebas no constan únicamente de preguntas de carácter cognitivo sino también de actividades prácticas de diversa índole.

También encontramos otras características de los exámenes diagnósticos; por ejemplo, en los programas de Biología I y II se aplica para ponderar los conceptos básicos de los alumnos en cada unidad temática, además de que se aplica al inicio y al final de cada semestre. Las pruebas de opción múltiple constan de reactivos asociados a los contenidos de los programas oficiales. En uno de los reportes un profesor afirma haber elaborado un examen diagnóstico con 112 reactivos, que aplica al principio del curso, y al final aplica un segundo examen con 84 reactivos. Así, los resultados se incluyen en la fase denominada evaluación sumativa.

Para los cursos de Biología III-IV, fueron diseñados dos instrumentos. “La primera parte, ¿qué recuerdo de?, con un listado de diez términos biológicos: célula, sistema vivo, ácido desoxirribonucleico, metabolismo, reproducción, herencia, fotosíntesis, respiración genética y diversidad. La segunda parte, ¿qué modelo mental tengo de?, cuyas instrucciones son: dibuja la representación que tengas del término biológico correspondiente; los términos solicitados fueron ecosistema, comunidad, población, adaptación, selección natural, extinción, deriva génica, especie, especiación y biodiversidad”.

Otros docentes se refieren a “preguntas orales sobre palabras clave (conceptos básicos) e identificación de mecanismos empleados por los alumnos para su aprendizaje”, así como a la “lluvia de ideas para determinar los conocimientos previos de los alumnos”. Y, en fin, unos más utilizan organizadores gráficos como los mapas conceptuales, los mapas mentales y la historieta.

En cuanto al ajuste de estrategias resultado del diagnóstico, en el área se resalta la importancia de los contenidos. Así, en uno de los informes un profesor comenta acerca de la pertinencia de que el alumno “realice investigación de los distintos temas (unidades del curso)”. Un profesor señala: “se incrementó la intervención en el aula y aumentó la profundidad en la revisión de los contenidos temáticos del curso, además de que se prestó mayor atención a la articulación de los conocimientos previos con los nuevos conocimientos, lo cual llevó al replanteamiento de la organización de las actividades para se produjeran aprendizajes más significativos”.

Profesores de la misma área hacen referencia a los cuestionarios aplicados y se comenta que "las preguntas equivocadas o en blanco las resolvieron buscando las respuestas correctas en libros adecuados a su nivel y anotaron la bibliografía". En un caso, el diagnóstico permite al docente “reorganizar las actividades en torno al trabajo en equipo, las exposiciones frente al grupo y la evaluación constante”. Un profesor tomó la decisión de “dedicar dos semanas a nivelar a los estudiantes, ya que carecían de conceptos básicos importantes para el buen desarrollo del curso”.

En el área se presentan comparativos de los resultados del examen diagnóstico de ingreso (EDI) aplicado a los alumnos de nuevo ingreso con los resultados de la aplicación de un instrumento creado por los académicos del área, que se aplica al final del semestre en las materias Biología I y Biología II, con resultados halagüeños, tal como lo veremos más adelante en el segmento correspondiente. Un profesor expone que, tras aplicar el EDI, está en la posibilidad de apoyar a los estudiantes con orientaciones para resolver problemas de cálculos matemáticos. Otro profesor indica que aplicó en las materias de Química III y IV un examen de diagnóstico inicial de 20 reactivos con estructura similar a la del EDI.

También se mencionan aplicaciones de Cuestionarios y encuestas. Por ejemplo, se habla de un cuestionario denominado Honey-Alonso sobre los estilos de estudio; de un cuestionario de actividades de estudio (CAE), elaborado por la Coordinación de Enseñanza Media Superior de la UNAM, para la identificación de actitudes y conductas, y se reportan cuestionarios para evaluar conocimientos previos sobre las materias, autores importantes y corrientes destacadas de las disciplinas.

En cuanto al uso de la Entrevista de evaluación un profesor informa que “dialoga con los alumnos, los orienta, y va revisando de manera continua su trabajo escolar para conocer las causas de los problemas de aprendizaje. Si es necesario cambia a los alumnos de equipo para darles apoyo con el fin de que terminen sus trabajos, o trabajan solos una actividad que inicialmente se había pensado para trabajar en equipo”.

Otro instrumento reportado es la Hoja de registro donde un profesor anota los trabajos realizados por los alumnos: “resúmenes, cuadros sinópticos, diseños experimentales, informes escritos, cuestionarios, glosarios, prácticas, redes tróficas, cadenas alimenticias, ciclos biogeoquímicos, relaciones intra e inter específicas, participaciones orales, presentación de informes y discusiones en clase”. En otro caso, se informa el uso de este tipo de registros para “entender que las calificaciones por sí mismas no reflejan todos los aspectos puestos en práctica durante el proceso educativo”. En efecto, acota el profesor, “hubo avances significativos en cada alumno, reflejados en el descubrimiento de sus capacidades, actitudes, valores éticos y en el desarrollo de habilidades, destrezas y conocimientos” plasmados en las hojas de registro.

Algunos profesores utilizan Listas de cotejo por su interés en la evaluación permanente. Uno de ellos dice que utiliza esta lista para observar y dar seguimiento al trabajo realizado por los alumnos. Una docente emplea dicha lista para evaluar la participación individual y por equipo. Otro profesor observa cambios y avances en cuanto a aprendizajes declarativos, procedimentales y actitudinales-valorativos por medio de la lista. Un profesor apunta que esta lista le ha permitido identificar a los alumnos que presentan un avance mayor que la media del grupo, y obtener que estos alumnos auxilien a los estudiantes que presentan problemas en su aprendizaje; además, el docente apoya a los alumnos fuera de clase.

Respecto al uso del Portafolio es en esta área donde mayor número de casos encontramos; de éstos, la mayoría evalúa el trabajo de escritura, investigación y actividades experimentales. En los reportes, uno de los profesores emplea modelos, pero no especifica cuáles; otro indica que el portafolio contiene el examen diagnóstico de los alumnos, y algunos informan que en el portafolio los alumnos incorporan las actividades realizadas y los exámenes sobre los contenidos del programa. Una profesora solicita expresamente el cuidado del contenido y de su presentación junto con las debidas ilustraciones. Para otros profesores de la misma área, junto con las actividades realizadas durante el curso, el alumno debe construir la historia de su aprendizaje, hacer una reflexión de su desempeño y llevar a cabo una autoevaluación. Algunos docentes afirman que los equipos informan periódicamente de las aportaciones de cada uno de los integrantes del equipo para elaborar los productos, en tanto que el profesor lleva el registro y hace sugerencias para mejorar el desempeño. El portafolio permite corregir y perfeccionar los trabajos realizados, y propicia que los alumnos elaboren las preguntas de los exámenes.

El instrumento denominado Rúbrica también es muy importante en esta área, donde seis profesores la utilizan para evaluar el trabajo de lectura y escritura, el cual se concreta en la elaboración de cuadros comparativos, esquemas, modelos, mapas conceptuales, un cuestionario, exámenes escritos, guías de observación, comprensión de lectura y el collage. Estos trabajos, según los casos, les permiten evaluar cuantitativa y cualitativamente la adquisición de conocimientos. Otros cuatro profesores apuntan que emplean este instrumento para evaluar las actividades experimentales: uno hace referencia al informe de dichas actividades, y dos más se refieren propiamente al trabajo experimental. En tres casos más, los docentes puntualizan el empleo de la rúbrica para evaluar habilidades, actitudes y valores. De estos casos sólo uno indica que, gracias a este instrumento, puede observar los cambios y avances en cuanto a estos aprendizajes. Dos profesores utilizan la rúbrica para evaluar las investigaciones; uno de ellos especifica que evalúa con ella la investigación documental.

En dos casos más, los docentes reportan utilizar la rúbrica para evaluar las participaciones; uno más subraya que evalúa la participación reflexiva, la discusión fundamentada en valores, así como el respeto hacia puntos de vista diferentes por medio de rúbricas. Este profesor especifica que la emplea como instrumento de evaluación de los reportes que los alumnos redactan sobre las notas publicadas en la Gaceta UNAM. En uno de los reportes, una profesora anota que recurre a la rúbrica para evaluar la resolución de problemas y la realización de ejercicios; otro más indica que se sirve de ella para evaluar un álbum de genética, y un docente más para evaluar de manera sumativa cada tema visto.

En ocho casos se registra el uso de la rúbrica para evaluar los trabajos realizados en clase y extra clase, pero no especifican el tipo de trabajo. Ocho profesores más indican que ocupan la rúbrica para evaluar las exposiciones. Finalmente, cinco casos declaran practicar las rúbricas, sin especificar qué evalúan con las mismas.

En esta área el cuestionario Test KPSI se aplica “en forma electrónica (por internet) y en forma impresa, con preguntas sobre conocimientos prioritarios de las materias del área”. También se emplea para evaluar conceptos previos, así como también habilidades en operaciones propias de las materias del área. Este mismo instrumento se aplica al final de la unidad o del curso con fines comparativos.

El instrumento V Gowin sólo se reporta en 16 ocasiones en el área. Uno de los profesores menciona que su uso le ha permitido “observar las dificultades que tienen los alumnos para hacer una síntesis o una reflexión; también le ha facilitado relacionar lo conceptual con lo metodológico y explicar cuáles son los fundamentos teóricos de lo que hicieron y cómo lo hicieron”. En ese mismo reporte se destaca el aprendizaje alcanzado. En otro caso uno de los profesores reporta que: “en el debate de un tema controvertido, he observado en los alumnos tolerancia, respeto a las ideas contrarias y a las suyas”, cuestión que tiene que ver con los contenidos actitudinales-valorativos conocidos en el Colegio como “saber ser”. También, en este sentido se informa del empleo de la V Gowin en los reportes escritos, pues “en la parte superior del lado derecho de la V se solicita a los alumnos que durante las prácticas reporten las actitudes y valores”. Ciertos profesores utilizan el instrumento para elaborar reportes de prácticas y de actividad experimental. En un caso más los alumnos elaboran “nueve actividades de laboratorio utilizando la V de Gowin”, pero no se especifica en qué consistieron esas actividades.

En el área se afirma que, por medio de la Bitácora COL el docente puede dar seguimiento al desempeño de cada alumno puesto que “puede establecer una vinculación de los temas de cada una de las sesiones, y le permite observar si van quedando claros o si hay dudas, detecta a los alumnos que se van rezagando o necesitan apoyo para lograr los aprendizajes”. Se dice, igualmente, que el profesor puede tomar las “medidas pertinentes con sus alumnos, como cambiarlos a un equipo cuyos compañeros tengan un mejor desempeño y les ayuden a mejorar”. Hay quien usa la bitácora “para hacer el cierre del tema”. En otros casos, el uso de la bitácora es similar al de la rúbrica.

Finalmente, respecto a las Notas de los estudiantes, podemos destacar los casos donde se reporta el uso de un cuaderno rotativo, en el que un alumno, en cada clase, escribe notas y dos comentarios, uno referente a las notas del compañero anterior y otro a las de toda la clase. Esto sirve como orientación constante para el desarrollo de las sesiones. También varios profesores hablaron de la utilidad del diario de clase. En uno de los reportes se destaca que “el registro que se lleva en clase ha permitido a los alumnos aprender a planear sus actividades diarias, no sólo en clase sino también en su vida cotidiana”. En otro reporte el profesor afirma que “el instrumento es útil para evaluar la metodología de las actividades experimentales”. Por último, otro dice que el registro de los alumnos se completa “mediante la observación del trabajo en clase” que realiza él mismo.

3.3.    Historia

El uso del Examen representa 32 por ciento de los instrumentos de evaluación reportados en esta área, de los cuales siete se refieren a exámenes parciales que no especificaron de qué modo participan en la calificación, tres a exámenes parciales con valor de hasta 30 por ciento y tres a exámenes parciales con valor de 31 a 60 por ciento, así como una referencia al examen oral. Según se informa, los exámenes parciales “se aplican al final de cada unidad”.  En otro caso, “por cada cuatro temas vistos, se aplica un examen escrito para medir el nivel de comprensión”. Uno más afirma que “sirven para identificar alumnos con problemas para lograr aprendizajes, frente a lo cual proporciona atención personalizada y asesorías extra clase”. Las actividades que los profesores combinan con los exámenes parciales para construir la calificación son las siguientes: trabajo en equipo, participación en clase, cuestionarios temáticos, mapas, secuencias, exposiciones, investigación o reporte de visitas a museos, exposiciones, resumen en fichas de trabajo, exposición individual, resúmenes de videos y películas, lecturas extra clase y “estrategias de material textual”, como se dice en uno de los reportes. El examen final lo registramos en tres ocasiones. Se considera como “una última oportunidad que se proporciona a los alumnos para acreditar el curso”. Finalmente, se reporta una cita de examen oral, “que se aplica cuando a los alumnos se les dificulta algún tema”.

En el área el Examen diagnóstico es un mecanismo para indagar los conocimientos previos, las habilidades y las deficiencias cognitivas de las materias del área. Se encontraron principalmente en las materias obligatorias, como Historia de México e Historia Universal, en las que los temas son los que propone el programa. También se encontraron alusiones a la lluvia de ideas y a las palabras clave como pistas para recordar conceptos. No se encontraron casos en los que los profesores repitieran el examen diagnóstico al final del curso, pero sí encontramos alusiones a su utilización para “recuperar y reestructurar algunos aspectos disciplinarios y didácticos de sus cursos”. Esto es, algunos lo emplean como medio de corrección o reforzamiento de estrategias de enseñanza. Un aspecto importante identificado es que mediante el instrumento denominado Historia de Vida, es posible detectar a los alumnos con problemas de índole emocional, situación que puede afectar su desempeño académico y, en consecuencia, requerir apoyo constante.

Aquí se resalta a la evaluación diagnóstica como un instrumento básico para la planeación de la docencia, es decir, para diseñar estrategias y métodos de trabajo que atiendan el rezago tomando en cuenta el conjunto de factores que lo propician. En un informe se observa que “las preguntas sobre las actividades laborales de sus padres, el lugar donde viven, los aspectos económicos, el manejo de las TIC y los conocimientos de Historia” permitieron al docente determinar el tipo de alumnos con los que trabajaría y así planear estrategias ad hoc antes y durante el desarrollo del semestre.  Otro profesor se refiere a las “adaptaciones operativas para ajustar los contenidos de la enseñanza al nivel del interés de los alumnos con el fin de alcanzar los objetivos del curso y evitar una saturación enciclopédica de información”. Así mismo un profesor, preocupado por los contenidos teóricos del programa de estudio, se plantea llevar a cabo “actividades y ejercicios de escalas de abstracción-concreción-ejemplificación que permitieran al alumno aprehender el discurso teórico con sus contenidos explicativos”. Una profesora considera muy necesario poner atención a “las estrategias de enseñanza sobre el procesamiento de la información” para ayudar a combatir el rezago.

Respecto al uso de Cuestionarios y encuestas no se especifica qué tipo de cuestionarios, entrevistas, encuestas o sondeos se emplearon; tan sólo se menciona que se llevaron a cabo el diagnóstico de conocimientos previos y la identificación de las deficiencias de los alumnos mediante cuestionarios, entrevistas y encuestas. De la misma manera, sólo se hace mención de la Entrevista de evaluación sin dar más especificaciones,

En el área, la Hoja de registro tiene usos meramente cuantitativos: para reportar que la aprobación en ambos semestres fue de 80 por ciento; que ocho es el promedio en un grupo; que, de 18 alumnos inscritos en el curso, sólo se presentaron a clases la mitad; que el promedio de calificaciones se incrementó: 6.8 en el primer semestre y 7.7 en el segundo. En cuanto a la composición de la calificación, un ejemplo es el siguiente: “de un total de 56 alumnos, 16 obtuvieron diez, 21 obtuvieron nueve, nueve alumnos obtuvieron ocho, seis obtuvieron siete, cuatro alumnos NP”. No en todos los grupos las calificaciones fueron así de altas, pero no tenemos ejemplos.

Los pocos profesores que emplean el Portafolio como instrumento no especificaron qué evalúan con éste, y lo mismo ocurrió con el área de Talleres. Al mismo tiempo los docentes opinan que la Rúbrica es útil para evaluar el trabajo desarrollado en el salón de clases: realización y comprensión de lectura, y el trabajo en equipo. Se emplea en menor medida para evaluar los trabajos extra clase, sin especificar cuáles son. En un último caso, se menciona, pero sin especificar qué se evalúa con él. De la misma manera, sólo se indica la revisión del cuaderno de Notas de los estudiantes.

3.4.    Talleres

En esta área es menor la utilización del Examen como instrumento de evaluación. De los casos reportados casi todos se refieren a exámenes parciales sin especificar el porcentaje de calificación. Una profesora informa que aplica “un examen de comprensión lectora sobre teatro, novela y cuento”. Otro docente afirma que “los exámenes son una síntesis de lecturas”. Alguien más dice que “el examen es de preguntas abiertas”. Una académica opina que, “además de exámenes, se toman en cuenta reseñas y análisis por escrito”. En la materia de Taller de Comunicación se dice que “el examen aplicado es de conocimientos y de comunicación”. Una profesora considera que el examen final es una oportunidad más para para aquellos alumnos con una calificación reprobatoria.

En contraparte es aquí donde el Examen diagnóstico es más importante y presenta una amplia gama de propósitos y recursos para valorar: uno de los objetivos de la evaluación diagnóstica es conocer el estado inicial de los alumnos en lo referente a las lecturas y preferencias literarias y estimular, mediante la reflexión, las actitudes favorables a la lectura y la escritura. Al respecto, así se expresa un profesor: “me parece importante que el nivel académico de mis nuevos alumnos se relacione con sus lecturas y preferencias literarias, pero considero esencial que desarrollen una actitud positiva ante el estudio y los compromisos que el ejercicio de tal actitud conlleva en el ámbito escolar”. Otro objetivo de la evaluación diagnóstica reportado es que, gracias a él, se conoce el contexto sociocultural de los alumnos a fin de identificar las características escolares del grupo y las competencias desde el punto de vista de los conocimientos, las habilidades y las actitudes.

El diagnóstico permite, según los profesores, una organización de actividades más flexible, como la elaboración de organizadores gráficos, la redacción de textos, las entrevistas a profesores, la búsqueda de información, la asistencia a lugares pertinentes y algunas lecturas complementarias que permitan a los chicos conocer el contexto del hecho que se analiza.

En un informe se dice que, tras la prueba diagnóstica, 50 por ciento de sus alumnos jamás requirió apoyo especial para remediar algún traspié. “Si bien en algunas ocasiones su desempeño descendió un poco, en general su aplicación al trabajo fue irreprochable, tanto así que los hizo merecedores de felicitaciones y reconocimientos, empezando por los propios compañeros. Sin embargo, en la mitad restante hubo alumnos que tuvieron confusiones o flojearon o no mostraron capacidad, pero, después de la primera repetición de un ejercicio erróneo, se regularizaron con la velocidad que la continuidad de las clases imponía. Con apoyos adicionales y una mayor dedicación a las tareas del momento, fueron capaces de recomponer su situación. La satisfacción era indudablemente compartida cuando el resultado fue por fin el adecuado”.

Respecto al examen diagnóstico de ingreso (EDI) una profesora participante en el grupo de trabajo que elaboro los reactivos plantea que “el problema de evaluar qué están aprendiendo realmente los alumnos, lo viví en una dimensión nueva para mí. Cuando cada aprendizaje se convierte en el punto de partida para elaborar un reactivo, saltan a la vista las características del programa de cada asignatura, sus defectos y sus cualidades. Valoro que como maestro tu programa operativo te permita adecuar o reagrupar los aprendizajes, porque en el EDI no puedes hacerlo”.

En cuanto al uso de los Cuestionarios y encuestas, se consignan listados de preguntas para medir conocimientos. Se utiliza un cuestionario sobre ortografía y otro de opción múltiple, que se denomina “Prueba de Habilidad Léxica” (PHL). Se utiliza un cuestionario de 46 preguntas, titulado “Instrumento diagnóstico sobre lectura y escritura”. Finalmente se reporta el cuestionario de preguntas abiertas y cerradas de 14 reactivos, llamado “Habilidades de lectura para textos expositivos, su procesamiento y escritura”.

Solo en un caso se habla de Entrevista de evaluaciónpara evaluar habilidades lingüísticas y cognitivas: hablar, escuchar, leer y escribir”.

La Hoja de registro se lleva a cabo por medio de tablas que comparan la calificación con las actividades realizadas. Un profesor ejemplifica: “de un lado de la tabla se anotan los cuatro rubros a evaluar: Investigación cultural, Textos y Gramática, Etimología y Presentación de obras de teatro, y del otro lado, se anota a los alumnos que cumplieron con tales actividades. Así se otorga una calificación: quienes tuvieron deficiencias obtuvieron seis de calificación y quienes no cumplieron, cinco”.

Uno de los profesores emplea la Lista de cotejo “para garantizar la calidad en la elaboración del protocolo de investigación que los alumnos realizan en equipo”. Otro afirma que utiliza hojas de evaluación de los cursos semestrales donde registra el avance personal de cada integrante y esta información permite al alumno tener conocimiento de su desempeño, de tal manera que al final del curso no hay reclamo de calificación. Otro dice que utiliza la lista para corroborar el aprendizaje logrado. En otros dos casos se informa que utilizan listas de cotejo, sin especificar para qué.

Después del área de Experimentales, es aquí donde se reporta el uso más frecuente de la Rúbrica. En uno de estos reportes se recalca que su uso sistemático le ha permitido detectar las deficiencias concretas que algunos alumnos presentan en la construcción de sus conocimientos. Este instrumento, le ha permitido, por una parte, guiarlos e indicarles cómo deben realizar sus trabajos y, por la otra, le ha mostrado que es más fácil indicarles en qué fallaron y darles la oportunidad de volverlo a hacer con actividades que se ajusten a la denominada “práctica equivalente”, esto es, realizar los mismos procesos, pero con un texto similar en su estructura discursiva.

Hay profesores que se sirven de la rúbrica para que los alumnos, en pareja, revisen su trabajo tomando como referente este instrumento, y la revisión en equipo se realiza según un texto modelo. Otro profesor señala que, además de utilizar la rúbrica, utiliza un cuadro de propiedades del texto, y los aspectos que contempla en la rúbrica son preguntas clave, problemas frecuentes, marca gráfica y posibles soluciones. Y en otro caso una profesora puntualiza que se sirve de ella para evaluar las fichas de trabajo. En dos casos más se indica que se utiliza la rúbrica para evaluar las participaciones. En uno de ellos se evalúa la participación individual y en equipo. En el otro caso se utiliza la rúbrica para evaluar exámenes en cada semestre, exámenes que, según el caso, evalúan la comprensión lectora en el quinto semestre y la poesía en el sexto; también se habla del empleo de protocolos, pero no se da más información al respecto.

Por último, en otro informe se habla de una rúbrica basada en un paquete de evaluación elaborado en el seminario de área complementaria. En un caso más se indica que además de la rúbrica se emplea una escala numérica, una escala gráfica combinada y una escala descriptiva, pero no se especificó qué se evalúa con todos estos instrumentos. En un último caso se usan rúbricas de autoevaluación para los alumnos y rúbricas de evaluación para el docente. Otros profesores también hacen referencia a la rúbrica sin dar más especificaciones.

Los pocos profesores que emplean el Portafolio no especifican su utilización como instrumento de evaluación. Según dos casos más, la Bitácora COL permite a los alumnos expresar dudas que no se atrevían a manifestar en clase. Un profesor indica que los alumnos elaboran hojas en computadora y todas ellas tienen como encabezado bitácora, y da los siguientes ejemplos: bitácora COL, bitácora de lo aprendido en la unidad, análisis de textos científicos y un comentario analítico.

Las Notas de los estudiantes solo se indican mediante la revisión del cuaderno de apuntes de los alumnos y el uso del diario de clase para registrar asistencia, entrega de informes, tareas, participaciones y trabajo en equipo.