Publicaciones sobre la experiencia docente del CCH

El CCH, un Gigante Revolucionario de un poquito más de cuarenta, y mis apenas 35 años de vida académica en el mismo
Nuevos Cuadernos del Colegio Número 3


Fecha: 2013-10-23
Área: Ciencias Experimentales
Materia: Biología I y II
Temática: El CCH como experiencia de vida
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Autor(es)
Cecilia Garduño Ambriz

Palabras clave: modelo educativo innovador, formación creativa, búsqueda de mayor solidez.

Hace dos días, disfrutando de la última RTI (Reunión de Trabajo Intensivo) que como Consejera Académica del Área de Ciencias Experimentales me tocó vivir durante este período, al salir a comer algunos de mis compañeros y yo nos encontramos con el Doctor Bazán. Después de un cordial saludo el Doctor Bazán nos comentó sobre su interés y tarea actual de reunir algunas de las vivencias que los maestros, comenzando por los de una “cierta antigüedad” en el Colegio, quisieran compartir. Como yo apenas cuento con 35 años de antigüedad, o más bien de experiencia, me ha tocado el honor de quedar incluida en tan singular grupo.

Mi experiencia con el CCH se remonta a octubre de l977, año en que recién salidita de la carrera de Biología y recién contratada como ayudante de profesor de la asignatura de método experimental en la Facultad de Ciencias de la UNAM, conocí a un admirable maestro, el M. en C. Gabino García Lugo, cuya preparación y manera de trabajar captó toda mi atención y quien con su comentario de que mucho de lo que era y sabía se lo debía al CCH, lugar donde también laboraba, logró despertar en mí una gran curiosidad hacia el Colegio.

A pesar de que entré a la Prepa en 1970 y de que la generación que ingresó en 1971 al Bachillerato de la UNAM, pudo ya elegir entre la Prepa y el CCH, mi desconocimiento del Colegio hasta ese momento era pavoroso y sólo lo relacionaba con un gran número de personas que, provenientes del mismo, habían ingresado a la carrera de Biología en 1974, un año después que yo, irrumpiendo la tranquilidad de la Facultad y la dinámica de una generación infinitamente menos numerosa que la de ellos.

A través de las pláticas que tenía con el maestro García Lugo, fui conociendo un poco de los ideales del Colegio, de su metodología de trabajo y de su carácter innovador e incluso aprendí a desarrollar un poco de esa metodología en la propia Facultad, ya que la aplicábamos constantemente en nuestros cursos de Biología General I y frecuentemente me detenía a pensar en la sólida preparación y gran experiencia que el trabajar en el Colegio dejaba en sus profesores. Fue entonces cuando, una mañana de enero de 1978, llegó el profesor García Lugo y me dijo “…por cierto, hoy en la tarde va a haber un examen para ingresar como profesor de Biología al Colegio”. Entre un gran susto y emoción, me dirigí con él al Plantel Sur. Fue éste mi primer contacto directo con el Colegio del que, para entonces, tantas cosas había oído decir.

Mi examen duró toda la tarde y mis sinodales fueron la maestra Sandra Saitz y el maestro Carlos Calderón (+), quienes fungían en ese entonces como coordinadores del Área de Ciencias Experimentales. Algo que me llamó mucho la atención fue que no se trató de un examen convencional, ya que además de la parte teórica que, como egresada de la licenciatura debía manejar, se incluían, a través del diseño de un experimento, aspectos metodológicos y otros de carácter didáctico. Para mi suerte, después de la formación que indirectamente me había dado el Colegio, a través del trabajo que siguiendo su metodología venía desarrollando desde un semestre atrás, mi examen fue un éxito y de pronto, a los 25 años de edad, me convertí en profesora de Biología del Plantel Sur.

El Plantel me pareció bellísimo, a pesar de que sentía que estaba más allá del fin del mundo y de que me hacía pensar que se había construido en una cara de la superficie lunar, ya que en esa época dominaban en toda esta zona las caprichosas figuras formadas por la lava y el exótico paisaje del ecosistema del Pedregal de San Ángel, sin que construcciones como Perisur existieran, pues este centro comercial se inauguró apenas en 1980. En este ambiente dio inicio mi experiencia docente en el Colegio.

Los programas que se me proporcionaron, me parecieron excelentes, ya que incluían todas las “novedades” disciplinarias que acaba de ver en la Facultad y, en cuanto al peso que se daba a la formación de los alumnos, este aspecto me pareció muy importante e innovador, ya que rompía con la formación tradicional y con el sistema en el que yo había estudiado toda mi vida, y en cambio propiciaba la formación de individuos participativos y creativos.

Aún recuerdo con un dejo de nostalgia aquellos días en que, al entrar a alguna reunión de profesores me decían mis compañeros: “Esta junta es para profesores, no para alumnos”; a los alumnos que, convencidos del modelo educativo del Colegio, participaban con gusto en las actividades formativas e informativas que se incluían en los cursos, y en particular a los alumnos del turno vespertino, quienes, a pesar de su edad un poquito mayor, pues algunos de ellos tenían más años que yo, y de su agitada vida, pues muchos de ellos ya trabajaban, estudiaban con verdadero ahínco, disfrutando de las posibilidades que el novedoso enfoque didáctico del Colegio les brindaba.

Después de este primer encuentro con el Colegio, en los años siguientes y hasta ahora, considero que el Colegio me ha dado todas las posibilidades que como docente puede brindar una dependencia educativa del ámbito universitario y de carácter innovador. En cuanto a la formación académica, el Colegio siempre me ha apoyado para continuar mi proceso de formación, tanto disciplinaria como pedagógica, a través de cursos y diplomados, de su impulso al desarrollo de trabajos innovadores de área complementaria y de las facilidades necesarias para avanzar en el posgrado.

Cabe señalar que buena parte de esa formación ha sido tomando en cuenta el modelo educativo del Colegio y los ideales y la experiencia de los académicos que lo fundaron, haciendo realidad la posibilidad de experimentar con una propuesta educativa revolucionaria, que respondía a una época de revoluciones de todo tipo. Asimismo, el Colegio me ha permitido desarrollarme y crecer en la investigación y sus aplicaciones al campo docente. Muestra de ello ha sido el apoyo que han dado el Colegio y el Plantel en los últimos 10 años para la creación y mantenimiento del Área de Reserva y Sendero Ecológico del Plantel Sur, su utilización como herramienta didáctica, y para el desarrollo de actividades de formación, investigación, conservación y difusión en torno a la misma, así como haber abierto la oportunidad de tener un Herbario en el SILADIN del Plantel Sur.

En cuanto a la formación académico administrativa, durante diferentes períodos el Colegio me ha dado la oportunidad de formarme con las experiencias vividas como Jefa de Sección del Área de Ciencias Experimentales y como Secretaria Técnica del SILADIN del Plantel Sur. Este último cargo me permitió verter mis experiencias anteriores y desarrollar mi creatividad en el diseño y puesta en operación de un proyecto para el funcionamiento de estos nuevos laboratorios, que a la fecha sigue vigente.

A la vez, mi labor en la formación académica de los alumnos ha sido siempre muy gratificante para mí. Han pasado por mis aulas un sinfín de jóvenes, muchos de los cuales ahora son profesionistas reconocidos, y a pesar de ser mucho o poco el tiempo que haya pasado, cuando me llegan a encontrar, me saludan con el cariño de muchos años atrás y generalmente terminan recordando con gusto no sólo nuestra clase de Biología, sino todo lo que el Colegio les dio y sobre todo lo útil que les resultó en sus estudios superiores. Esto me hace sentir que, a pesar de los cambios que haya tenido el Colegio en estos años de existir, sigue siendo un proyecto diferente que dota a los alumnos de habilidades y actitudes que los egresados de otros sistemas educativos no desarrollan y que son muy útiles para su vida posterior al Bachillerato.

En cuanto a la formación académica de los profesores, el Colegio me ha dado la oportunidad de contribuir a la formación profesional de algunos de sus profesores, tanto a través de la organización e impartición de cursos o de actividades como formar parte de su jurado para obtener el grado de licenciatura o bien para concursar por una plaza de profesor de carrera, experiencias que a su vez han sido muy ricas para mi propia formación y experiencia profesional.

En otro ámbito académico, he tenido la oportunidad de contribuir a la historia de este Gigante, a través de mi participación en numerosos trabajos y comisiones entre los que destacaría, por su importancia y por la experiencia que me han dado, haber puesto mi granito de arena para los cambios del Plan y Programas de Estudio de 1996; haber podido incidir en el desarrollo de los trabajos académicos de los profesores de carrera del Área de Ciencias Experimentales, a través de mi labor en diferentes períodos, como Consejero Académico del Área y el haber tenido el reto y la oportunidad de cuidar el ambiente y la formación ambiental de nuestra comunidad, con el desarrollo del proyecto del Área de Reserva y Sendero Ecológico del Plantel Sur.

En fin, a lo largo de estos años, he visto pasar generaciones y generaciones de jóvenes, he visto sus cambios en aspectos como la demanda de carreras, sus ideales para el futuro, su dinámica familiar y hasta la sustitución de sus reproductores de casettes por celulares, computadoras o ipods; me he encontrado que muchos de estos jóvenes son hoy profesionistas, ciudadanos responsables y ¡hasta profesores del Colegio! Sin embargo, sin importar la época en que hayan pasado por nuestras aulas, siempre los oigo decir lo felices que fueron en el Colegio y lo mucho que aprendieron, no sólo en el aspecto informativo sino en el aspecto formativo, así como poner énfasis en cómo ese carácter inquisitivo y creativo que dicen que se les moldeó en el Colegio, les ha sido útil primero en sus estudios superiores y luego en sus labores diarias.

 

Todo esto debe llenarnos de orgullo como docentes de esta peculiar Dependencia Universitaria, que, a pesar de los problemas que al paso del tiempo ha tenido que enfrentar, ha conservado su carácter revolucionario e innovador en sus apenas primeros cuarenta años de existir.Ì