Publicaciones sobre la experiencia docente del CCH

Más de media vida en el Colegio ¿Cómo no te voy a querer?
Nuevos Cuadernos del Colegio Número 3


Fecha: 2013-11-26
Área: Histórico Social
Materia: Historia de México I y II
Temática: Estrategias didácticas
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Autor(es)
Ismael Antonio Colmenares Maguregui

Palabras clave: experiencia docente, arte e historia, difusión cultural.

I. Raíces.

En 1972 un grupo de maestros de Historia del CCH Oriente asistieron a una reunión de músicos, poetas, periodistas, teatreros, pintores; ellos propusieron complementar con obras de teatro, poemas y canciones, los cursos de Materialismo Histórico que impartían los sábados. Yo trabajaba con los Nakos y estaba presente. Se decidió sortear los temas que a cada artista le tocarían. Para nosotros, “La Comunidad Primitiva”, “El modo de producción Asiático” y “El Esclavismo”. Pedimos dos semanas y así preparar el espectáculo. Aclaración necesaria: mi formación, además de sociólogo y músico, es teatral, estudié con Héctor Azar, UNAM, trabajé en obras que dirigieron Miguel Flores, Tomás Ceballos, José Antonio Alcaraz y en la Compañía de Teatro de la UNAM en 1969 con Luz María Olmedo.

El método para el montaje fue lecturas, improvisaciones, componer música y así escribí la obra “Introducción a la Historia I”. Llegó el día de la inauguración. La experiencia de presentarse ante cientos de estudiantes fue sensacional. A partir de ese día, me nació la idea de dar clases y en 1973, justo al inicio del tercer semestre, se abrió una convocatoria para Historia de México. Decidí participar en el proceso de selección. Los pasos: un examen de conocimientos, una práctica frente a grupo, un trabajo de la Revolución Mexicana y tener el mínimo del 75 % de la carrera estudiada. Los aspirantes fuimos entre 102 y 105, quedé en segundo lugar, Luis Gutiérrez fue el primero; al contratarnos decidimos cubrir máximo 15 horas y así permitir la entrada de más profesores.

En 1973 impartí Historia de México I y II. Decidí usar mis conocimientos de música y teatro y en ocasiones les presentaba canciones de época: “En noche lóbrega”, “Carabina 30 30”, “Versos de la expropiación petrolera”; en otras clases, actuaba algún pasaje importante de México que se prestara, ejemplo el Movimiento Inquilinario de Veracruz (1922-1923). Cada noche hacía la talacha en casa, preparaba la clase, consultaba libros, elaboraba resúmenes, cuadros sinópticos y pensaba la manera de captar y abordar a los estudiantes.

Fui afinando, al transcurrir del tiempo, la forma de trabajo. El objetivo: integrar a los estudiantes a la Historia de México y provocar su interés y estudio; en estas condiciones, se generó una interacción con los jóvenes hasta que afiné el método. Ejemplo, si iba a enseñar Las Leyes de Reforma y su contexto, se ofrecía a todo el grupo la bibliografía mínima: Roger Hansen, “La política del Desarrollo Mexicano”; José Luis Ceseña “México en la Órbita Imperial”; Luis González “El Liberalismo Triunfante”, entre otros; sorteaba los temas y cada equipo sabía cuándo le tocaba exponer. De manera paralela se pedía a los demás alumnos del salón que trajeran, en fichas de trabajo, el tema y los puntos a tratar resueltos. El día de la presentación del equipo, cada alumno, monitor o receptor tendría que conocer todo el tema, unos en ficha y otros a exponer. Si el total del aula era de 50 alumnos y el equipo expositor era de cinco, se formaban cinco subgrupos de nueve integrantes, a cada uno de éstos el monitor exponía todo el tema y, mientras el exponente lo hacía en el subgrupo, yo pasaba a cada equipo de trabajo a revisar y calificar las fichas individuales que correspondían al tema que se estaba exponiendo.

Al terminar la exposición individual, maestro y alumnos de cada subgrupo evaluaban al monitor. Mientras tanto, el equipo preparaba sus conclusiones frente al grupo, usando la creatividad para aplicar su trabajo de equipo, algunos optaban por canciones, otros por actos teatrales, otros más, poesía coral, caricaturas, programas de radio. Al final, todos de común acuerdo, dábamos una evaluación y, si existían dudas, pedíamos al equipo que las resolviera y, en caso de no poder hacerlo, yo intervenía.

Conforme a lo anterior, encontré recursos didácticos aplicados para evaluar en un solo día tres rubros: exposición individual, la de equipo y las fichas de trabajo. Las ventajas: los equipos conocen todo el tema (aspectos políticos, económicos, sociales y culturales); por otra parte, el grupo tiene resuelto el tema y un criterio para emitir una evaluación; en síntesis, todos conocen el tema. Se evita que los alumnos se distraigan y se desarrolla una integración dinámica en clase.

Los porcentajes de la evaluación con este método se democratizan con el siguiente peso: exámenes el 20%, fichas del trabajo 20%, exposición individual 20%, exposición en equipo 20% y participaciones y trabajos, dentro y fuera de clase, 20%; el total es 100%; el alumno controla su calificación, ellos saben que, si obtienen el 100% equivale a 10, y así para abajo, de acuerdo con los porcentajes, será la calificación.

II. Actividades de Difusión Cultural por amor a la camiseta.

Y tú… ¿qué tal cantas las troveras? En 1973, se inició el grupo coral del plantel Oriente con cuarenta jovencitas, que lo mismo cantaban a Silvio Rodríguez, María Elena Walsh, Violeta Parra, que a Chava Flores. Entre ellas estaban Patricia Macías, Raquel Cruz Cruz, Patricia Ramos, Alma López y Patricia Ramírez. Asistieron a varios foros; en Filosofía al unísono, hacen vibrar al auditorio con La Internacional; la red se extiende y se establece relación con otros planteles y grupos musicales; en Naucalpan, florece un grupo con extraordinarias armonías, en honor al autor chileno asesinado durante el golpe de Estado (1973), Víctor Jara, ellos se ponen ese nombre, músicos talentosos, formado por las hermanas Margarita y Eugenia León. En Vallejo, nace el grupo Vientos para un nuevo día coordinado por Job Hernández, Abraham Viñas y Eduardo Zamarripa; en el Sur, la solista y cantante Maru Enríquez ayuda a la formación del grupo La Nopalera, se presentan con su música en toda la República, Cuba, Brasil; más adelante, en Azcapotzalco, resultado del movimiento musical, el alumno David Arontes continua sus estudios en el Conservatorio Nacional de Música y regresa a su plantel para ser el maestro de coro.

En el proscenio. En el teatro, incursioné con el grupo estudiantil “Informe” del CCH Oriente. Ganó el encuentro de Teatro Juvenil Universitario dos veces consecutivas; es invitado al Primer Festival de Teatro Latinoamericano en Nueva York; los estudiantes del Colegio se relacionan con directores y dramaturgos de primera línea; platican con Enrique Buenaventura, discuten con Augusto Boal, aceptan las observaciones de Pepe Monreal y Santiago García. Posteriormente, nos vamos a California y allí confrontamos el trabajo con el director y cineasta Luis Valdez, conocimos al grupo San Francisco Mime Troup. Al siguiente año, somos invitados al Segundo Festival de Expresión Ibérica en Portugal, entre sus integrantes Gladis Marroquín, Antonio Ávila, Gerardo Aboytes.

El grupo estudiantil es invitado por Elva Macías a formar la primera compañía de teatro del CCH, dirigida por Josefina Brum. Intervienen actores profesionales: Eduardo López Rojas, Virgilio Leos, Angelina Corona; se encarga la música a Naldo Labrin e Ismael Colmenares; la obra, El Círculo de Tiza de Bertold Brecht, adaptada por Elva Macías; el resultado: gran éxito en el Teatro de Arquitectura y luego en el Ciudadela. La composición musical es incluida en la terna de mejor música original por la Asociación Mexicana de Teatro en la Premiación Nacional de 1975-1976.

En el Colegio, las obras creativas quedaron en la memoria, la historia, fueron los cimientos de futuras generaciones que brotaron transformadas en ríos, arcoíris, entre la lluvia y el Sol, con orgullo CCHero.

III. Del otro lado de la barrera.

En el 2000, fui nombrado Jefe de Difusión Cultural en el Plantel Oriente; dos años después fui invitado por el Dr. José de Jesús Bazán Levy para asumir la Jefatura de Difusión Cultural del Colegio. El objetivo, crear una política de trabajo y relación permanente con los estudiantes. Definimos que, además del ámbito escolar y su integración al marco de la vida social, existe un puente que es el arte y que permite la formación integral de los jóvenes; desarrolla su potencial en capacidades constructivas y creativas.

Estos trece años de trabajo permanente me han permitido articular una serie de propuestas que van desde las redes, encuentro entre los pares, en música, teatro, danza y creación literaria, hasta la ampliación de nuevos talleres artísticos. En el desarrollo de estas actividades, he percibido transformaciones en el paso del tiempo; la cultura cambia, los jóvenes también, experimentan, cuestionan. La renovación que he vivido, nos permite hacer micro historia con aportaciones valiosas; hemos publicado siete antologías de poesía, cuento, escritos por estudiantes, una, de profesores; se abrió la difusión cultural a demandas juveniles: “La Semana de Literatura Negra”, “El Tianguis del Libro”; una relación permanente con el CITRU (Centro de Investigación Teatral Rodolfo Usigli); se integró el seminario de maestros y alumnos “Para Leer el Cine”; nacieron nuevas maneras de acercarse a la música “Y tú…¿qué tal cantas las rancheras?; con el CENART se trabaja permanentemente con nueva programación musical; se instalaron programas novedosos “El Autor Visita”, “Mural Poético”; en danza, se abrió un programa titulado “Va de Vuelta” en el cual participan los grupos de expresión corporal de la Preparatoria, Bachilleres y Politécnico para intercambiar el trabajo y presentarlo en un espacio como el Teatro del Pueblo, el Foro de Neza y en éstos se invita gratuitamente a la población. En esencia, la sensibilidad, la cultura, la difusión, van estrechamente ligados, se van creado nuevas capacidades y generado la preservación del patrimonio cultural. El eje: los estudiantes del Colegio.

El tiempo nos ha transformado para bien, convertidos en sobrevivientes de la educación y cultura creativa; las flores volaron, se hicieron capullos, pétalos, los cabellos son cenizos, blancos, pero avanzamos; la pluma se transforma en teclado; abrimos los sentidos, el polen vuela, y en alguna parte del Colegio contemplamos la luz cambiante, levantando la cara hacia el futuro.Ì